San José de Calasanz, el santo de los niños

Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él». Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos. Mc 10, 13:16
 

Hoy es un gran día, un momento en el nos paramos a pensar en lo que nos une. Tenemos la suerte de pertenecer a una gran familia formada por la fe, a la que Calasanz nos invitó a uno y cada uno de nosotros gracias a su legado. Hoy es un día para vivir alegres y para disfrutar de esa gran comunidad que formamos, que está siempre en camino para acompañar y proteger a quien lo necesite. Es un día en el que tenemos que pararnos y mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de lo que Dios hizo con Calasanz y loque sigue haciendo día tras día. Demos gracias por pertenecer a esta gran comunidad siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesite, y que nos acoge en lo más profundo. Cada uno de nuestro grupos es la forma en la que hacemos realidad sus sueños y el espíritu que el quería transmitir. ¿Qué crees que te diría Calasanz hoy? ¿Cuando has sentido a Calasanz más cerca?